DIVERGENTE
Divergente; la lucha en el mundo de las ideas
El pensamiento divergente fue ideado por J. P. Guilford, en los años 60. La Real Academia de la Lengua define este concepto como: "discordante, separado progresivamente, rebelde a las corrientes establecidas, con más de una opción aptitudinal".
Por siglos se ha señalado, marcado y maltratado a las personas que muestran seguir una dirección distinta a la impuesta o que simplemente tienen ideas innovadoras, en relación con las demás ideas. Esto, debido a que, además de tener notas claras y proyecciones definidas, son líderes natos y siempre se las arreglan para que la multitud siga sus pasos. Este fenómeno suele darse se lo propongan o no.
Cuando indico que una persona divergente "va contra la corriente", no me refiero a que delinque. Esto no significa que se pasa la luz roja o que no reverencia los símbolos patrios; este concepto va más allá de no someterse a la autoridad. Un divergente ve más de una solución para un problema, varias formas de resolver una situación y reconoce múltiples caminos que conducen a un mismo lugar.
Este conocimiento impulsa al divergente a no escoger la primera solución, no seleccionar el camino acostumbrado y no utilizar la forma que todos asumen que es la correcta. Su mente tiene la capacidad de colocar en niveles paralelos las ventajas y desventajas de más de una opción que lleven a concretar una situación determinada. Esto, pueden hacerlo en fracciones de segundos. De ese modo, esto se convierte en la razón por la cual es posible que siempre tengan una respuesta distinta a la respuesta global y puedan expresarla en menor tiempo de espera.
Lo paradójico es que, en vez de sentirnos a gusto con un divergente, nos sentimos amenazados, extenuados y muchas veces llegamos a perder los estribos. Ese sentimiento surge como producto de la negación que sufrimos de no aceptar las diferencias. Somos seres renuentes a los cambios y preferimos no salir de nuestra zona de confort. No así los divergentes, quienes prefieren dejar correr la adrenalina, probar sabores distintos, transitar por espacios desconocidos; aprender de sus propios errores.
Debemos admitir que es emocionante ampliar las expectativas, abriendo el marco de visión, algo que es imposible teniendo una vista tubular. Las personas convergentes en muchos de los casos actúan y piensan basados en sus experiencias, por ende, prefieren lo seguro a lo desconocido. Sin embargo, el divergente opta por cambiar aquello que haría con ojos cerrados para experimentar la nueva forma de hacerlo. No tiene miedo a fallar porque considera el error como un simple ensayo y esta actitud lo lleva a trascender, ya que su osadía y tenacidad lo guían a obtener grandes éxitos.
Si analizamos la historia encontraremos grandes personajes que llegaron lejos porque su pensamiento divergente los impulsó a alcanzar el cometido:
-Cleopatra, reina de Egipto. Dominaba más de 9 idiomas, fue la reina más joven, siendo mujer, política y "mano dura", quien muchas veces hizo a un lado el consejo de los ancianos para seguir sus instintos. Todos los grandes creadores o inventores de la antigüedad, tales como: Thomas Edison, quien llamó a sus 10, 000 fracasos, "ensayos". Marie Curie, la gran física, inventora de la radio. Hedy Lamarr, a quien se le atribuye el wifi, y otros más quienes no siguieron el pensamiento convergente, el cual no indicaba el Norte a seguir para ellos, sino que crearon su propia trayectoria, abriendo caminos donde no había ninguno.
Los divergentes viven en una constante guerra con los de pensamiento convergente, ya que en su ser está empeñado a resurgir de las cenizas (si fuere necesario), con nuevas ideas y proyectos distintos, mientras que, el sentido común ataca a la innovación, a la creatividad y las mil y una formas de alcanzar la meta propuesta.
¿Alguna vez nos hemos preguntado si somos divergentes?
¿Cómo puedo darme cuenta de que soy divergente?
¿Es malo ser diferente al resto?
¿Existe una manera de ser divergente intencionalmente?
"El juego creativo estimula el pensamiento divergente, imaginando ideas y soluciones a los problemas más allá de lo convencional".
-Susan Linn-
Siempre lo he sabido, soy divergente,. No me gusta ser igual que los demás, hacer lo mismo que hacen, seguir caminos creados. Sino que prefiero ser como me siento bien y cómodo, hacer lo que me gusta y como me gusta, ir o crear nuevos caminos y tener mis propias experiencias.
ResponderEliminar¡Excelente! Es bueno entender quién es uno mismo y poder describirse con seguridad. Gracias por tu comentario.
EliminarMuy interesante este fragmento, me pude dar cuenta que existe una película “Divergente” llena de suspenso, y aplauden que la chica sabe quién es, y que enfrenta sus propios miedos.
EliminarMe gustaría dar mi opinión sobre estas preguntas.
¿Alguna vez nos hemos preguntado si somos divergentes?
Creo que todos, existe una frase muy conocida, “es que soy así”.
Aunque quizás muchos no lo hacen conscientemente.
¿Cómo puedo darme cuenta de que soy divergente?
Cuando pienso diferente al resto.
Cuando mis opiniones son originales.
Cuando tengo una creatividad única y diferente.
¿Es malo ser diferente al resto?
Claro que NO, hasta la biblia lo fundamenta, Dios nos creó único e irrepetibles.
¿Existe una manera de ser divergente intencionalmente?
Claro que sí, cuando nos cuestionamos, ¿por qué de esta manera? y no de esta forma.
Cuando exploramos diversas formas de solucionar un problema y no de forma tradicional.
Excelente, texto, algo diferente, fuera de la zona de confort.
Gracias.
Divergente: la lucha en el mundo de las ideas es un ensayo fascinante que reflexiona sobre la tensión inherente a los sistemas de pensamiento y la sociedad, explorando cómo las ideas divergentes aquellas que rompen con las normas establecidas son esenciales para el progreso, pero al mismo tiempo amenazan las estructuras dominantes. En un contexto contemporáneo, la obra invita a cuestionar la uniformidad impuesta por las instituciones y la cultura de la conformidad, sugiriendo que la pluralidad de ideas y la capacidad de pensar de manera diferente son fundamentales no solo para el avance individual, sino también para la renovación de la sociedad.
ResponderEliminarEn este sentido, el autor se adentra en la idea de que las ideas divergentes no son meros caprichos o perturbaciones del orden, sino motores que impulsan la innovación y el cambio. Sin embargo, también se reconoce que la lucha contra lo establecido es ardua y, en muchos casos, peligrosa. Las instituciones, los sistemas políticos, o las mismas comunidades a menudo responden a la disidencia con represión o exclusión, lo que plantea una cuestión ética: ¿hasta qué punto debemos tolerar las ideas divergentes si estas pueden desafiar la estabilidad social o poner en riesgo el orden colectivo?
Este ensayo también plantea la importancia de la resiliencia del pensamiento crítico frente a la homogeneización ideológica. En la medida en que las sociedades se globalizan y se interconectan, existe una creciente presión para aceptar consensos unificados, especialmente en un mundo marcado por la información instantánea y la manipulación de la opinión pública. Sin embargo, como señala el autor, es precisamente en la capacidad de pensar de manera divergente donde radica la verdadera libertad intelectual y la posibilidad de generar nuevas visiones del mundo.
Por último, Divergente nos invita a reflexionar sobre el equilibrio entre la creatividad individual y la necesidad de convivencia. La lucha en el mundo de las ideas, según el texto, no debe entenderse como una simple confrontación, sino como una oportunidad para la evolución de la humanidad, donde la diversidad de pensamientos y enfoques no sea vista como una amenaza, sino como un bien necesario para el enriquecimiento cultural y el avance de la sociedad.
Considero interesante el tema ya que me ha llevado a tener una concepción más clara del término "divergente". En ese sentido, y sobre las preguntas que se nos motivan a la reflexión, puedo compartir lo siguiente:
ResponderEliminar1. ¿Alguna vez nos hemos preguntado si somos divergentes? Sí, creo que en algún momento todos reflexionamos sobre nuestra manera de pensar y actuar. Personalmente, he cuestionado si mis decisiones y enfoques para resolver problemas son distintos a los de los demás.
2. ¿Cómo puedo darme cuenta de que soy divergente? Me doy cuenta de que soy divergente cuando, frente a un problema, considero opciones distintas o exploro caminos que otros no ven. También cuando me siento cómoda saliendo de mi zona de confort o cuestionando el "status quo". Mis ganas de aprender, de compartir mis conocimientos y de innovar son señales claras.
3 ¿Es malo ser diferente al resto? Creo que no, ser diferente no es malo; es enriquecedor y necesario. Aunque a veces la diferencia genera rechazo o incomodidad, considero que aporta perspectivas únicas y valiosas. La diversidad de pensamientos fomenta el crecimiento personal y colectivo.
4 ¿Existe una manera de ser divergente intencionalmente? Podría ser, aunque esto implica cuestionar los enfoques tradicionales, buscar múltiples soluciones, aceptar el error como parte del aprendizaje y tener una mentalidad abierta para explorar lo desconocido. La curiosidad y la práctica constante son claves para lograrlo.
Me llama a la atención este ensayo porque el autor profundiza en el termino, brindándonos una perspectiva un tanto diferente a lo que se entiende generalmente por divergente. Que no es el simple capricho de llevar la contraria sino la necesidad de un cambio en la búsqueda de otras soluciones o respuestas. Según este planteamiento, el divergente experimenta cosas nuevas y no tiene miedo a fallar, lo que le permite alcanzar nuevos logros a pesar de equivocase en reiteradas ocasiones.
EliminarLamentablemente, el común de nosotros tememos a equivocarnos. Optamos por lo seguro, lo conocido, y por esto perdemos la oportunidad de probar muchas cosas. En un restaurante por ejemplo, hay personas que nunca elijen algo desconocido, por tenor a que no le guste.
Entiendo que todos necesitamos en algún punto ser divergentes, sobretodo nosotros en la posición que nos ha tocado estar, para poder aportar soluciones que quizá no se han creído posible.
Leordany Nuñez
ResponderEliminarMuy buen artículo. Creo que el pensamiento divergente, definido como la capacidad de encontrar múltiples soluciones y caminos para un problema, se ha manifestado a lo largo de la historia en individuos innovadores y líderes natos como Cleopatra o Thomas Edison. A diferencia del pensamiento convergente, que busca seguridad en lo conocido, los divergentes se caracterizan por su apertura al cambio, la exploración de nuevas ideas y la visión del error como oportunidad de aprendizaje. Aunque su "rebeldía" a las normas establecidas puede generar resistencia en la sociedad, su capacidad de análisis y creatividad les permite trascender y alcanzar grandes logros, impulsando el progreso en un mundo que a menudo se aferra al "sentido común".
Considero de mucho valor éste artículo ya que nos llama a reflexión sobre la manera de comportase las personas a nuestro alrededor.
ResponderEliminarEl autor explica detalladamente que es la divergencia y como actúa una persona divergente.
Me llama mucho la atención el hecho de que habitualmente rechazamos las personas con características de divergencia ya que nos vemos amenazados por su rapidez y capacidad natural, está en ellos y surge de manera espontánea Inconsciente o no lo hacemos porque ellos son líderes natos y superan la capacidad de muchos, desde la perspectiva no de quien trata con un divergente si no más bien de la persona divergente desde mi experiencia pueden ser diferentes dependiendo la madurez que tenga y el conocimiento de su superioridad a nivel de mentalidad; algunos lo asumen con madurez pero otros no y son explosivos y hasta mal tratan a los de pensamientos convencionales.
Un divergente ve más de una solución para un problema y éso es excelente, si en las empresas y en las escuelas hubieran más personas divergentes que sean tomadas en cuenta por el valor de sus habilidades tendríasmos estudiantes creativos y empresas más exitosas en temas de productividad.
El autor del artículo cita varias personalidades que mostraron la importancia de un pensamiento divergente y yo doy gracias Dios por la divergencia y a ésas personas ya que sin sus descubrimientos estaríamos aún pensando que la tierra era redonda y en nuestro caso tendríamos aún tapa rabos.
La pregunta que más me interesó fué ¿Existe una manera de ser divergente intencionalmente?
Por lo leído y visto en otros artículos entiendo que si, porque la mente humana puede recibir estímulos para su desarrollo y en éste caso aunque el sentido común ataca a la innovación, se puede cambiar de paradigma poco a poco.
El texto aborda el concepto de pensamiento divergente, definido por J.P. Guilford, y cómo las personas con este tipo de pensamiento se apartan de las ideas convencionales para encontrar soluciones innovadoras y múltiples caminos hacia un mismo objetivo. Resalta que, a pesar de la resistencia social hacia quienes piensan diferente, los divergentes suelen tener éxito debido a su capacidad para explorar nuevas posibilidades y aprender de sus errores.
ResponderEliminarAdemás, se reflexiona sobre cómo la sociedad tiende a rechazar a los divergentes por temor al cambio, prefiriendo la seguridad de lo conocido. Sin embargo, los divergentes, al no temer al fracaso, pueden crear nuevos caminos y realizar avances significativos, como se ejemplifica con figuras históricas como Cleopatra, Thomas Edison y Marie Curie.
El texto también plantea preguntas clave para reflexionar sobre si uno mismo es divergente, sugiriendo que el pensamiento divergente no solo es valioso, sino necesario para la innovación y el progreso.