A Propósito de Edgar Allan Poe. ¿Qué hiciste con Michelle?

 



Qué hiciste con Michelle?

Por: Iluminada Valera y Arlenis Soto

Viernes 28 de marzo de 1969, ha pasado un mes desde la desaparición de Michelle Sullivan, mi amiga de la infancia que ha estado en todos los momentos importantes de mi vida. Aún recuerdo cuando le conté de mi esposa Carol, lo feliz que se puso por mí y lo bien que se llevaban; recuerdo cuando nos dimos cuenta de que éramos compañeros de trabajo, lo fácil que fue adaptarnos. Su desaparición nos tomó de sorpresa, a mí, a los compañeros del trabajo, a sus familiares y a su esposo Luke. Aunque ha sido un mes difícil, mi dulce esposa ha estado ahí para mí, para brindarme consuelo y paz.

Estando en la oficina, escuché murmullos y uno de ellos llamó mi atención «El esposo de Michelle fue acusado de matar a una chica». No puedo creer lo que acababa de escuchar ¿Luke mató a alguien? Pero, me hace pensar en qué si fue capaz de matar a esa chica, también pudo ser el causante de la desaparición de Michelle. Pues, recuerdo perfectamente que ella me había contado sobre la pelea que tuvieron, lo asustada que estaba por la actitud tan agresiva, tal vez se enfureció y la mató. No puedo quedarme aquí, tengo que saber más de la muerte de esta chica.

Hace 1 semana de la muerte de Layla Cooper, murió de varias estocadas en el pecho y en el estómago. Luke está prófugo, la policía no ha dado con su paradero, por lo que se le ha empezado a acusar por ambos delitos, he estado más tranquilo en los últimos días ya que pronto sabremos que le hizo a Michelle. Mi esposa hoy me ha pedido que llegue a casa temprano porque va a prepararme mi comida favorita, así que estoy en camino a casa y se ha empezado a escuchar en todos lados que han encontrado a Luke y que está siendo llevado a interrogación. Qué manera tan agradable de terminar un largo día de trabajo.

-Amor, ya estoy en casa- dije quitándome la chaqueta y poniéndola en el perchero del frente.

-Hola amor, la cena está casi lista, aséate y luego ven a sentarte- dice desde la cocina.

-Está bien- digo dirigiéndome al baño. Al terminar de lavar mis manos salgo y me siento en el comedor. Carol coloca el plato de comida frente a mí y deposita un beso suave en mi frente.

-Que lo disfrutes mi amor- dice caminando de nuevo hacia la cocina.

- ¿No vas a comer conmigo hoy? - le pregunto llevando una cucharada de comida a mi boca.

-No amor, no tengo apetito- dice con voz dulce.

-Bueno- respondo y me concentro en comer.

-Te noto más contento hoy amor- dice Carol mirándome desde la cocina.

Recuerdo lo de Luke y le comento- Amor, atraparon a Luke hoy.

- ¿Es cierto? - respondió con tono neutro.

-Sí, ha estado siendo interrogado desde temprano en la tarde.

-Qué bueno amor, ya Michelle podrá descansar en paz. - dice en un tono que nunca la había escuchado hablar.

-No podemos asegurar que está muerta amor- respondo luego de dar un sorbo de agua.

-Para mí ella está bastante muerta. – dijo mirando con admiración el cuchillo en su mano.

La miro confundido, pero lo paso por alto y termino de comer. Limpio mi boca y pongo la servilleta sobre el plato. -Amor, en serio necesito saber dónde estás comprando esa carne de tan buena calidad, es tan suave y deliciosa.

-Es una lástima que se haya acabado, sabía que te gustaría… - dijo con una sonrisa vacía mientras limpiaba una y otra vez el cuchillo en su mano.

-Tal vez puedas conseguir en otra carnicería. Necesito volver a disfrutar esta delicia. – respondo lamiendo mis labios y pensando en la delicia.

-No amor, es imposible, esa carne es de una en un millón- responde y levanta la mirada- pero, si quieres, puedes buscarte otra amante y la cocino para ti. – dijo mirándome con ojos vacíos y una sonrisa psicópata.

La miro nervioso y confundido- ¿De qué hablas Carol?

Carol se empieza a acerca a mí con el cuchillo aún en la mano, una sonrisa ladeada y sus ojos transmitiéndome un aire de desquiciada- Sabía que ibas a disfrutar cada centímetro de Michelle, así como la disfrutaste en su cama. -respondió poniendo el cuchillo sobre la mesa y recargando su cuerpo en la mesa.

-¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO CAROL? ¿¡QUÉ HICISTE CON MICHELLE!? -respondo poniéndome de pie y echando hacia atrás. Carol ríe como loca mientras me mira alejarme.

-Te voy a contar una historia divertida- dice mirándome con cinismo y tomando el cuchillo de nuevo- El 20 de diciembre de 1968 me pediste que te cocinara un estofado de cerdo, así que decidí que en la mañana iría al mercado a comprar lo que necesitaba. Por lo que, fui al mercado, conseguí lo que necesitaba y cuando iba saliendo para volver a casa, los vi, a ti y a Michelle, caminando de la mano y entrando al motel que estaba en frente. Los seguí, entré al motel atrás de ustedes, y alquilé la habitación de al lado. Te escuché hablarle como me hablaste alguna vez, la escuché gemir y escuché como le hacías el amor. – responde mientras pasea la mirada de mí hasta el cuchillo.

- ¿Qué hiciste con Michelle, Carol? ¿Qué le hiciste? -digo horrorizado sin creer lo que me está contando.

-Pasaron dos semanas y ya sabía todo de ustedes, cuando empezaron, que tan constante eran sus visitas al motel. Yo sabía que estabas con ella en tus “viajes de negocio”, sabía qué hacías cuando estabas hasta tarde en el trabajo, todo cobró sentido. Y entonces, decidí que era hora de acabar con sus aventuras. -sigue contando mientras toma el cuchillo y vuelve a la cocina- Decidí acercarme más a Michelle, la volví mi amiga, la llevaba a todo tipo de actividades, hasta me aprendí su rutina y me volví parte de ella.

- ¿QUÉ LE HICISTE A MICHELLE? -grito ya exasperado, lleno de horror y nervios.

Ella ríe y me mira- Tranquilo, ya voy a esa parte, que es mi favorita, por cierto. El 26 de febrero de 1969, hablé con Michelle en su casa y le dije que, si me acompañaría a una caminata de 5 millas, y me dijo que sí, le dije que nos juntáramos el 28 de febrero en la entrada al Monte Logan. Pero lo que ella no sabía era que ese monte había sido clausurado para caminantes. Empezamos a subir y a subir, cuando teníamos cerca de 1 hora caminando le di un poco de agua y 2 segundos después ella estaba desmayada en mis brazos. La metí en una cabaña que me tomó cerca de 2 meses construir, y ahí la colgué cabeza abajo, cuando despertó estaba sentada frente a ella con este mismo cuchillo- dijo levantando levemente el cuchillo- en la mano, y me preguntó que qué estaba haciendo, y le conté lo mismo que te acabo de contar a ti- dice y empieza a reír como loca- me pidió perdón, me dijo que no lo volvería a hacer, que te dejaría en paz, pero ya era muy tarde para que yo la perdonara- dice aún riendo, de repente se pone seria y se acerca al refrigerador- recuerdo sus gritos y llanto, la escuché pedir ayuda tantas veces que todavía lo recuerdo y me hace reír. Cuando me cansé de escucharla, me puse de pie y tomé un machete.

-DIOS- grito empezando a llorar- ¿QUÉ LE HICISTE? ¿QUÉ LE HICISTE? ¿QUÉ LE HICISTE? -dije cayendo en el piso.

-HICE LO QUE ERA NECESARIO PARA SALVAR NUESTRO MATRIMONIO, PARA MANTENERTE CONMIGO- grita sacando algo del refrigerador y tirándolo frente a mí. Tomo la bolsa en mis manos y saco lo que está dentro.

-OH POR DIOS- grito soltando la cabeza de Michelle y alejándola con mis pies. Carol se acerca a la cabeza y la toma por los cabellos.

-Pensé que te gustaría tenerla de recordatorio, así que la guardé para ti. -dice poniendo la cabeza sobre la mesa en dirección hacia mí.

- ¿Qué hiciste con el cuerpo Carol? ¿QUÉ HAS HECHO? -digo temblando y llorando por la crueldad que hay en sus palabras.

-Te lo di a comer- dice con una sonrisa tranquila.

- ¿QUÉ?

-Sí, te lo di a comer.

-CAROL, ESTÁS LOCA, NO PUDISTE HABER HECHO ESO.

-Pensé que la ibas a disfrutar tanto como lo hacías con ella en vida. Durante todo un mes estuviste disfrutando de Michelle. Luego de que le corté la cabeza y la vi desangrarse frente a mí, empecé a cortar toda su carne y luego de tener todo listo, llevé todos sus restos a la granja del amigo de mi padre y le di sus restos de comer a los cerdos luego llevé su carne a un lugar seguro para poder alimentarte. Es una pena que ya se haya terminado. Pero ahora serás mío para siempre.

La miro aún aterrorizado, ella está tranquila peinando el cabello de la cabeza de Michelle, y yo aún sigo tirado en el piso sin creer lo que acaba de pasar.

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