Aprender no termina...




     El aprendizaje es descrito por Gagné (1970) como “un cambio en la disposición o capacidad de las personas que puede retenerse y no es atribuible simplemente al proceso de crecimiento”.  Se podría decir entonces, que no es una labor que se ejecuta en la memoria a corto plazo (memorismo), sino que se debe trabajar la memoria a largo plazo para fijar el conocimiento.


     Algo muy importante y que no podemos dejar de lado es el hecho de que para lograr el cometido, trabajando en la memoria a largo plazo, es necesario iniciar con la motivación.  Para aprender es obligatorio estar motivado, que la atención sea llamada y mantenida a lo largo del proceso.  La motivación es una especie de generador que impulsa la apertura de los canales fisiológicos para fijar el conocimiento o, lo que es lo mismo lograr el aprendizaje.  Es por esta razón que sin motivación no existe aprendizaje.


     Autores como Meza (1979), sostienen que, el aprendizaje conlleva diversas etapas.  Estas etapas se desarrollan antes de la adquisición del conocimiento y se debe dedicar una suma atención a cada una de ellas:


-Motivación: Implica el establecimiento de un objetivo y la orientación de la atención hacia él.

-Aprehensión: Selección de la percepción de manera autónoma, es un cambio que responde a algún estímulo.

-Adquisición: Codificación de la información y fijación de ésta.  Se adquiere el conocimiento.

-Retención: Almacenamiento de la información codificada anteriormente.

-Recuperación: Necesidad de rescatar la información consabida.

-Generalización: Capacidad de generalizar la información, utilizando comparaciones, inferencias y creación de hipótesis.

-Desempeño: La puesta en práctica de la información adquirida, es un accionar en función de lo aprendido.

-Retroalimentación: Comparación de resultados, toma de decisiones y simulaciones que amplían la información ya consabida.


     Pero, aprender es algo que no termina, ya que cada día la información cambia, el entorno cambia y nosotros también cambiamos, por ende, continuamos aprendiendo a veces, las mismas cosas que ya sabíamos y, en otras ocasiones los nuevos conocimientos que se han generado producto del cambio global.


     Lo anteriormente descrito nos lleva a un interrogante que pudiera tener múltiples respuestas:

¿Si aprender es un proceso continuo, por qué somos tan renuentes a dejarnos enseñar?















  • Gagné, R. (1970). Las condiciones del aprendizaje. Aguilar. Madrid.
  • Meza, A. (1979). Psicología del aprendizaje cognoscitivo. Hallazgos empíricos en los enfoques de Piaget y Gagné. Lima: NUCICC.

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