Cambio de hábito 2. La película de la vida
La afamada película de los años 90, dirigida por Bill Duke, producida por Scott Rudin y protagonizada por la carismática actriz estadounidense Whoopi Goldberg, es un filme que todo educador debería ver.
La trama aborda el tema de una cantante de Las Vegas que vuelve a ayudar a sus amigas monjas, esta vez, como maestra de música en una escuela de la arquidiócesis. El grupo de clase asignado está conformado por unos chicos adolescentes de los cuales no se esperaba buenos resultados, por ende, solo asistían a la clase para divertirse, convirtiéndose en la pesadilla de todos los maestros que tenían que enseñarles.
La divertida "monja" descubre que los chicos cantan bien y hasta encontró a alguno que tocaba un instrumento y decide utilizar ese talento para hacerles ver el valor que tienen. Es preciso hacer notar que, era posible que estos muchachos no fueran buenos en matemática, no siguieran al pie de la letra las reglas gramaticales y no se interesaran por salir con honores de la secundaria. Pero cabe resaltar que en medio de ese caos había talento.
Talento es lo que cada maestro debe buscar en sus alumnos, porque todos tienen algo en lo que son muy buenos, no necesariamente en lo que yo, como maestra quisiera que fueran sobresalientes, pero son buenos en algo que ellos aman hacer, disfrutan hacerlo y nosotros tenemos que explotarlo.
Ver a "la monja" incentivar en sus estudiantes ese don que tenían, animarlos a seguir cuando se presentaban las inseguridades, o cuando los obstáculos eran mayores que sus expectativas, es algo que motiva a ser mejor docente. Su papel era enseñar música: leer partituras, combinar acordes, estudiar la teoría musical, pero no se hizo, en cambio, enseñó música partiendo del contexto de sus estudiantes y utilizando las dificultades para convertirlas en fortalezas.
Muchos dirán que esto solo lo vemos en las películas. Es posible que para que el espectador sea cautivado, debe hacerse la "magia del cine", pero cabe decir que estas, son historias verosímiles, que tú y yo podemos hacer realidad desde la pasión de nuestra profesión y el estudiantado que nos fue asignado.
Esta es una vieja película que todos deberíamos ver con ojo crítico y reflexivo, de modo que podamos darnos cuenta qué podemos ajustar en nuestra metodología didáctica para incentivar el talento de nuestros estudiantes.
Como siempre, sin desperdicio. Sumamente importante ayudar al estudiantado a encontrar su talento y las formas de desarrollarlo.
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarSiempre hay un talento oculto,algo que descubrir. Hermosa tarea,aunque no fácil,la del docente. Gracias por edificarnos con tu "pluma viva".
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