¿Cómo puedo ayudar?
Por lo general, nos sentimos tan agobiados con nuestros quehaceres, que olvidamos que las personas que nos rodean también están pasando por situaciones que ameritan atención. Llevar a los niños al colegio, asear la casa, hacer las compras, lavar el carro, preparar la comida, lavar los platos y otras muchas cosas más nos hacen sentir "con el agua al cuello".
Es entendible que las múltiples ocupaciones no nos permitan ver más allá de nuestro entorno. Olvidamos que existen los demás, aquellos que hacen todas esas cosas y además, estudian, trabajan, toman el autobús o el metro, o quizás conducen su auto y cuyas mentes sienten la presión de tanta carga.
Es normal que al acercarnos a alguien solo busquemos el refugio y desahogo que necesitamos sin percatarnos de que esa persona, probablemente, también esté tan cargada como nosotros.
La carga diaria a la que nos vemos obligados, genera un malestar del que a veces no somos conscientes. Nos ahogan nuestros problemas emocionales, las ocupaciones del día a día (que no dejan de ser necesarias), los sentimientos de soledad, la ansiedad de que todo salga bien. Nos lastima ver como todos pasan a nuestro alrededor y ni siquiera voltean para mirarnos, para ofrecernos su ayuda.
Es tan fácil para el ser humano demandar tanto de aquellos que les rodean. La madre quiere lo mejor para sus hijos, pero demanda que ellos entiendan todo lo que deben hacer, cuándo deben hacerlo y la manera en que debe realizarse. El padre siempre listo para proveer, necesita encontrar comida caliente, la casa limpia, la ropa planchada y una esposa sonriente acompañada de niños tranquilos y limpios. Los niños necesitan que su vida sea resuelta y no se imaginan la manera en que esto se hace realidad. El empleador solo quiere un producto terminado, resultados efectivos con empleados eficientes. Los empleados necesitan su trabajo, que se tome en cuenta su desempeño, que alguien aligere su carga. La sociedad quiere ser entendida y sentirse satisfecha. Todos esperan algo...de alguien.
El caótico mundo del que formamos parte no nos permite considerar ni por un segundo que otra persona nos necesite. deseamos que todos entiendan lo que nosotros necesitamos.
¿Qué tal si en vez de lo anteriormente descrito cambiamos el rumbo y comenzamos a considerar la manera en que podemos ayudar a los demás?
¿Cómo puedo ayudar? Esta frase ha derribado barreras, ha deshecho el hielo de muchos corazones, ha hecho entrar en razón a los desquiciados y ha construido un puente en donde solo se podían ver líneas divisorias.
¿Cómo puedo ayudar? debe formar parte de nuestro vocabulario diario. Cuando decidimos ayudar a otros, nuestras vidas dan un giro de 180 grados. Comenzamos a sentirnos útiles, necesitados, colaboradores. Es lograr que nuestra pesada carga se convierta en otra herramienta para resolver problemas.
Cuando nos unimos a otros con el fin de ayudarlos, esa manera desinteresada de resolver los problemas nos eleva a otro nivel. Nos damos cuenta de que nuestras dificultades no son las mayores, de que podemos colocar un granito de arena para levantar un castillo. Entendemos que juntos somos más que uno y que solo de esta forma podremos lograr lo imposible, alcanzar lo inalcanzable y llegar a lo inaccesible.
Intentemos insertar esta frase en nuestro vocabulario: ¿Cómo puedo ayudar?
Eso sí que impactó!
ResponderEliminarBello. Gracias por compartirlo
ResponderEliminarWaooo muy buena lectura, me impacto y me hizo recordar una etapa de mi vida donde los afanes del día a día estaban maltrando mis seres amados porque se sentían olvidados.
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