Lo que aprendimos de la pandemia

 




     Muchos de nosotros hemos sido docentes por un largo tiempo, otros, no tanto.  Algunos recién se estrenaban en la profesión cuando todo lo que conocíamos y aquello a lo que estábamos acostumbrados, cambió.

     Despedimos el año 2019 llenos de esperanzas y expectativas, planes y metas que cumplir, nadie imaginó que nuestra vida daría un cambio de 180 grados.  Todavía, al iniciar este nuevo año todo marchaba como de costumbre, hasta que en el tercer mes nos enviaron a casa para cuidar nuestra salud y evitar la propagación de un virus mortal.

     Al mirar en retrospección, puedo atrapar el momento de incertidumbre que algunos vivimos, pues estas situaciones solo las habíamos visto en las películas de Hollywood, sin embargo, ahora, nos tocaba vivir un encierro por "unos días", días que se convirtieron en semanas y luego en meses.

     Aprendimos a innovar; convertimos los rincones en espacios de estudio y oficinas, cambiamos la pizarra y los cuadernos por el computador, el celular y la tablet, descubrimos que había un mundo tecnológico no explorado del cual nos habían hecho miembros sin pedirnos permiso.  Conocimos nuevas plataformas para virtualizar los procesos docentes, administrativos, de gestión y cualquier otra reunión que antes era cara a cara. Comenzamos a diseñar para la educación virtual, no de manera electiva, sino como única opción. Cada nuevo día representaba un nuevo reto, pues todo lo que hacíamos era un experimento para salir adelante.

     Lo que antes "no se podía hacer" comenzó a ser lo cotidiano, cada vez encontrábamos una herramienta mejor para lograr los propósitos concebidos.  Defendimos tesis en la modalidad virtual y cientos de espectadores pudieron estar presentes.  El lenguaje sufrió cambios y comenzamos a utilizar la jerga tecnológica de manera normal.


     La pandemia nos enseñó que, aunque planificar es bueno, los planes pueden cambiar, nos enseñó a inventar, a innovar, a arriesgarnos, a perder el miedo a lo desconocido en el ámbito profesional.  Aprendimos a "conectarnos" sin necesidad de estar cerca, formamos parte de la presencia social, utilizando una pantalla.

     Han pasado nueve meses en los cuales hemos crecido como profesionales y como seres humanos.  Hoy, no podemos dejar de lado el sentimiento de triunfo que nos da el hecho de haber sobrevivido un día más, de haber cumplido el cometido y de haber vencido los obstáculos.

     Con el paso de los meses algunos han podido regresar a sus trabajos presenciales, otros seguimos confinados por salud o porque el desarrollo de la docencia no nos permite guardar distanciamiento, si fuera presencial.

     No sabemos qué nos depara el futuro, no estamos seguros de cuánto, cómo y cuándo cambiará la situación actual en la que nos encontramos, pero de algo sí estamos muy seguros: ¡No pararemos! Está demostrado que la crisis es el motor para enfrentar la situación que nos agobia y salir victoriosos al encontrar un nuevo camino que nos ayuda a vencer las limitantes.

"No hay que temer nada en la vida, solo hay que entenderlo.  Ahora es el momento de entender más, para que podamos temer menos"

-Marie Curie-



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