La actitud docente frente a los cambios

      A medida que cambia el entorno y la sociedad, la forma de proceder en los distintos ámbitos también cambia.  Es por esto que algo que se hacía de una forma años atrás, ahora se hace distinta.

     Los cambios son parte del día a día, pues ello conlleva al desarrollo de los procesos.




     Para el docente de hoy se hace normal que surja el cambio y es de fácil adaptación a una modalidad que a veces no es muy conocida. Adaptarse se ha vuelto parte de las competencias que debe tener el profesional.

     Sin embargo, no pasa lo mismo con los docentes experimentados, ya que estos presentan renuencia al cambio (Avalos 2011).  Las creencias y actitudes arraigadas son factores influyentes en el proceso de aceptación y adecuación a los cambios.

     La nueva realidad en que estamos inmersos nos ha hecho caer en cuenta de que lo que antes "no se podía hacer" ahora se hace con normalidad, hemos aprendido que no es necesario estar cerca para que la comunicación sea efectiva y de que no hace falta conformar un grupo presencial para que exista presencia social.

     Aun así, a muchos docentes experimentados se les ha dificultado enfrentar y vencer las limitantes que se han levantado a raíz de la implementación de las clases virtuales, el uso de plataformas digitales y el cambio de modalidad pedagógica.

     De modo que, es notable que el conocimiento y la experiencia no son los únicos factores necesarios para enfrentarse al cambio.  Es necesario haber creado una identidad profesional bien arraigada; fundamentada en el proceso de formación docente y encaminada a construir al profesional del futuro.



     Estoy de acuerdo con que los cambios radicales pueden afectar negativamente un proceso iniciado pero también sostengo que, si aceptamos de forma paulatina los cambios y luchamos por enfrentarnos a las limitantes que se presenten, podríamos fortalecer no solo el conocimiento, sino también, la autoformación profesional.

     Nuestras actitudes y creencias arraigadas forman parte relevante a la hora de enfrentar los nuevos retos que traen los cambios.  Formemos docentes encaminados a enfrentarse a nuevas experiencia, de modo que su identidad profesional se fortalezca en cada paso del quehacer educativo.

Avalos, B. 2011. Teacher Professional Development in Teaching and Teacher Education Over Ten Years. Teacher and Teacher Education 27(1). P. 10-20

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